Algunas veces es como esas historias que una vez nos contaron o que vimos pasar en la pantalla del cine. Una de esas historias que cuando se están acabando, vuelven como por encanto a la mitad.
Y otras veces, simplemente siento que me hago viejo muy rápidamente. Y me da por quedarme mirando al vacío, sin querer pensar o sentir absolutamente nada. Y hasta soy capaz de dormir pesadamente, un sueño viscoso.
Y luego, la duda. La duda eterna, la recurrente. Y me llama por teléfono un amigo y me hace un par de preguntas. Respondo mecánicamente, y olvido la conversación.
Y vuelvo al vértigo constante de la incertidumbre. Y es en esa etapa donde se resume la vida, donde se resume mi vida: el vértigo.
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