Es como vivir siendo un loco
que cree,
que espera algo que nadie ve.
Se escucha las voces,
las voces gritan siempre,
gritan que me aparte del camino
y le pregunto al silencio
y el silencio me ignora.
Es como ser "la sombra de la meningitis",
a veces,
sólo a veces.
Y una noche de tantas,
cuando todos han gritado,
me vuelvo sombra.
Una sombra.
Y en el día camino derecho,
con la frente en alto,
y sonrío
y vivo
y hasta grito también,
como todos.
Pero cuando quedo solo de nuevo,
y ya no hay nadie de los que gritan,
vuelvo a ser sombra,
como de lluvia,
porque el silencio
sigue intacto por dentro.
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